Entre morteros, cohetes y bombas
que estallaban en esa madrugada
fue cuando aquella mí primera ilusión
le escribí los sentimientos guardados en mí corazón...
Recuerdo como esa noche calurosa
se volvió toda fría...
mis manos sudaban,
mis miedos se revelaban,
todo mi yo temblaba.
Revelarme y afrontarte no fue nada fácil
y no sabes cómo se me dificultaba el contestarte
más no por eso dejé de expresarme...
Los segundos, minutos y horas pasaron
entre preguntas y respuestas
en donde la razón entró por todas las puertas abiertas
hasta que el cantar de los gallos me avisó
que la madrugada del XIX de Julio se acababa
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